¿Qué es el bloqueo radicular selectivo?

La infiltración radicular selectiva se utiliza para bloquear específicamente el nervio que está produciendo la transmisión del impulso nervioso que provoca el dolor. Así, mediante la inyección de fármacos se consigue una eficacia más puntual y exacta que implica un efecto superior y prolongado en el tiempo respecto a otros tratamientos. 

En estos casos el dolor es consecuencia de una raíz nerviosa que se comprime y se inflama. A veces un estudio de imagen puede no evidenciar de forma clara cuál es el nervio causante del dolor y el bloqueo radicular selectivo ayuda en el aislamiento de la fuente del dolor, por lo que tiene una función diagnóstica. Además, esta clase de infiltración sirve para el control del dolor. 

¿En qué consiste el bloqueo radicular selectivo? 

El bloqueo radicular selectivo se basa en inyectar a través de una aguja fina un anestésico local mezclado con un corticoide en la zona de salida de una raíz nerviosa de la columna vertebral, ya sea la parte cervical o lumbar. Hace referencia a una exploración diagnóstica donde se comprueba si al anestesiar esa raíz nerviosa se genera un alivio significativo del dolor. 

Como se explica anteriormente, el procedimiento se realiza con anestésico local sobre la piel y contraste radiológico para la localización del espacio epidural mediante un aparato de rayos X. Por tanto, el uso de este dispositivo permite guiar milimétricamente la aguja debido a la visualización de las imágenes en tiempo real.  

El método es poco doloroso, pero la introducción del contraste puede provocar una estimulación de la raíz nerviosa que genere cierto dolor que se extiende al territorio que inerva el nervio. No obstante, se trata de una molestia momentánea e inmediatamente se pone el anestésico local y el corticoide produciéndose la anestesia de la raíz.  

¿En qué patología está indicado el bloqueo radicular selectivo?

El bloqueo radicular selectivo se emplea para el diagnóstico y el abordaje del dolor presente en las raíces nerviosas. De forma genérica, esta clase de infiltración está indicada para las siguientes patologías: 

  • Ciática y hernias discales. Estos síndromes se caracterizan por dolor, adormecimiento o debilidad en una o en ambas extremidades inferiores. 
  • Estenosis de canal medular. Se trata de un estrechamiento del espacio por el que transita la médula espinal y las raíces nerviosas.  
  • Aplastamientos Vertebrales. Hace referencia a la disminución de la altura de la parte anterior de la vértebra en relación. De acuerdo a su clasificación, se considera que un aplastamiento vertebral es leve si se genera una pérdida del 20-25%, moderado cuando es del 25-40% y severo en los casos que superan el 40%. 
  • Radiculopatías. Suele conocerse como “nervio pinzado” y aparece cuando un nervio se comprime o irrita en el área en la que se ramifica desde la médula espinal. Esta acción puede generar un dolor que se acompañe de debilidad y entumecimiento con irradiación al hombro o brazo en el caso de un pinzamiento cervical o a la pierna si el pinzamiento es lumbar. 

¿Qué cuidados debe tener el paciente después del bloqueo radicular selectivo?

Después del procedimiento de bloqueo radicular selectivo el paciente puede levantarse y marchase del centro caminando hacia su casa de manera independiente. A continuación, transcurridas las primeras horas posteriores a la infiltración se pueden retomar las actividades normales.  


No obstante, se aconseja evitar esfuerzos físicos importantes y seguir el tratamiento pautado por el médico en caso de que lo hubiera. 

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