TIPOS DE DOLOR DE RODILLA  

Cuando hablamos de dolor de rodilla podemos distinguir diferentes tipos de dolor, según la zona a la que afecta:

• Dolor de rodilla anterior: Localizado en la parte delantera de la rodilla. Puede ser causado por: tendinitis rotuliana, condromalacia rotuliana y síndrome de fricción de la banda iliotibial.
• Dolor de rodilla posterior: Se siente en la parte posterior de la rodilla y puede estar causado por una lesión en los músculos, tendones o ligamentos detrás de la rodilla, o por una lesión en la articulación de la rodilla.
• Dolor de rodilla lateral: Está ubicado en el lado de la rodilla y puede ser causado por lesiones en los ligamentos laterales de la rodilla, como el ligamento colateral lateral.
• Dolor de rodilla medial: Localizado en el lado interno de la rodilla y puede estar causado por lesiones en los ligamentos mediales de la rodilla, como el ligamento colateral medial.
• Dolor de rodilla agudo: Se siente repentinamente y puede ser causado por una lesión o trauma en la rodilla, como una lesión en los ligamentos o un hueso fracturado.

SÍNTOMAS DEL DOLOR DE RODILLA 

Los síntomas más comunes del dolor crónico de rodilla son:

• Dolor: Agudo, sordo o punzante. Puede estar presente todo el tiempo o solo cuando se mueve la rodilla.
• Hinchazón: Hinchazón alrededor de la rodilla. Puede ser visible o sentirse al tacto.
• Rigidez: La rodilla puede sentirse rígida o difícil de mover.
• Dificultad para caminar: Podemos encontrar dificultades para caminar debido al dolor y la rigidez.
• Chasquidos o crujidos: Se pueden escuchar estos sonidos al mover la rodilla.
• Inestabilidad: La rodilla puede sentirse débil o inestable y puede ceder o dar la sensación de que puede doblarse en cualquier momento.

PATOLOGÍAS QUE CAUSAN DOLOR CRÓNICO DE RODILLA 

Las patologías que pueden causar dolor crónico de rodilla son muy diversas, a continuación, te hablamos de las más frecuentes:

• Lesiones de menisco: Lesión o desgarro del cartílago que amortigua la articulación de la rodilla.
• Artritis: Inflamación de la articulación de la rodilla, como la osteoartritis o la artritis reumatoide.
• Lesiones de ligamentos: Lesión del ligamento cruzado anterior y/o posterior.
• Tendinitis: Inflamación de los tendones que conectan los músculos a la rodilla.
• Bursitis: Inflamación de la bursa, un saco lleno de líquido que amortigua la rodilla.
• Condromalacia rotuliana: Degeneración del cartílago detrás de la rótula.
• Gota: Dolor e inflamación en las articulaciones debido a la acumulación de cristales de ácido úrico.

EL DIAGNÓSTICO  

Para diagnosticar exactamente el dolor del paciente y su causa pueden solicitar realizar diferentes pruebas:  

• Las radiografías señalan la alineación de los huesos y detectar signos de artrosis o posibles fracturas. Sin embargo, no revelan daños en los músculos, la médula espinal, los nervios o los discos.  
• Las resonancias magnéticas muestran hernias de disco o problemas con tejidos, tendones, nervios, ligamentos, vasos sanguíneos, músculos y huesos. 
• Las tomografías óseas sirven para detectar tumores o fracturas por compresión en los huesos producidas por la osteoporosis.  
• La electromiografía calcula los impulsos eléctricos causados por los nervios en respuesta a los músculos. Esto puede certificar la compresión del nervio que puede darse debido a una hernia de disco o una estenosis espinal.  

Con el resultado de las pruebas, la exploración física y el historial clínico se establece un diagnóstico del dolor que presenta el paciente.  

TRATAMIENTO PERSONALIZADO 

Después de realizar el diagnóstico del dolor crónico de espalda, el especialista utiliza la información obtenida para un plan de tratamiento que permita al paciente mejorar su calidad de vida. Este plan puede incluir o combinar alguno de los siguientes tratamientos: farmacólogicos, bloqueos o infiltraciones (anestésico local y corticoides la mayoría de las veces; toxina botulínica en casos seleccionados), rehabilitación, terapia psicológica y técnicas mínimamente invasivas (como la radiofrecuencia).
  

TÉCNICAS APLICABLES EN EL TRATAMIENTO 

• Radiofrecuencia: Procedimiento analgésico que produce calor en el tejido afectado para reducir el dolor. Es una técnica mínimamente invasiva y se lleva a cabo bajo anestesia local y sedación, por lo que no es doloroso para el paciente. 
• Bloqueo de nervios perifericos: consiste en la administración de anestésico local y corticoides a nivel de los nervios responsables de recoger la información dolorosa de la articulación de la rodilla como son los nervios geniculados. El objetivo de esta técnica es reducir la inflamación y así la sensación dolorosa.
• Bloqueos intraarticulares: Infiltración de un medicamento en la articulación en la que se presenta el dolor con el uso de una aguja. Este método está indicado para tratar los dolores de carácter mecánico o inflamatorio.
• Iontoforesis: Método terapéutico con la capacidad de introducir compuestos químicos o moléculas ionizadas en el interior de la piel, así como de determinados tejidos, mediante la aplicación de una corriente eléctrica.